Escritura creativa 1. Los elementos del oficio
En enero de 2019 comencé un taller de escritura creativa donde trabajaba con mis amigos técnicas de escritura espontánea, para aprender a no depender tanto de las musas; y me hice cargo de él hasta diciembre de 2021. Actualmente, seguimos con la actividad, aunque ahora se encarga de la organización y materiales mi querida amiga María Benítez.
Antecedentes
Durante 2019 trabajamos, sobre todo, el miedo al folio en blanco, la imaginación y la resolución de incoherencias de forma creativa a través de ejercicios — casi pruebas de cordura — basadas en una idea particular, habitualmente propuesta por Gilbert.
Al principio, el taller era una excusa para vernos todos al menos una vez al mes — sobre todo, durante 2019 — ; ya en 2020, cuando Gilbert y otras técnicas se nos quedaron cortas; decidí utilizar la gamificación para fomentar que escribieran en casa: aparecieron los retos quincenales y el premio final por participación continuada a final de año… voy a reconocer aquí que sabía desde enero de 2020 qué dos se iban a llevar los premios.
Otro de los cambios que hice de 2019 a 2020 fue comenzar a generar contenidos, estos contenidos que voy a ir publicando ahora aquí… dos años más tarde. En ellos comencé a profundizar en aspectos que un escritor (aficionado o profesional) debe tener en cuenta a la hora de enfrentarse a la creación de un texto; también, a la hora de escribir, explicar técnicas y otras formas de trabajar que eviten que caigamos en la excusa del bloqueo creativo.
Confío que, si has llegado a estos materiales ahora, a través del portal de Medium, puedan serte de utilidad.
Los elementos del oficio
Para un escritor es importante contar con ciertos elementos fundamentales, herramientas para realizar el trabajo adecuadamente; independientes de las necesidades particulares y manías. Por supuesto, existen unas herramientas mínimas que son físicas (tal como un soporte de escritura — papel — y un útil — bolígrafo — ) y otras que debe interiorizar un escritor: las herramientas de conocimiento (gramática, ortografía, ritmo narrativo…).
Para que un escritor pueda llevar a cabo una narración, con cierto enganche y legibilidad para el lector, debe tenerlas en cuenta y utilizarlas correctamente para aportar vida a esa historia. Como oficio, gran parte de este requiere de aprendizaje, lectura y, sobre todo, práctica que desarrolle la maña.
En una pirámide de importancia de este tipo de herramientas basadas en los conocimientos adquiridos por el escritor, la base fundamental es la capacidad de estructurar y dar el ritmo adecuado a la historia; cualquier escritor debería tenerlas asumidas antes de comenzar con su narración. La base está compuesta por los conocimientos que se recopilan del desarrollo de personajes, trama, tema, documentación y punto de vista.
Buscar sobre qué escribir
Existen muchos detonantes que nos pueden llevar a escribir un relato; es importante nutrirnos con diferentes fuentes que nos permitan desarrollar escenarios adecuados, estudiar el ritmo óptimo para la historia y cuidar que la velocidad de narración se mantenga natural. Muchos relatos acaban abruptamente por cansancio del escritor: comienzan con un ritmo suave, deteniéndose donde deben y, tras unas cuantas páginas, por querer anticiparse o terminar, rompe con el ritmo que llevaba y genera un final precipitado en varios párrafos.
Cuando alguien dice que ya todo está inventado o, en este caso, que todo está escrito, no está utilizando todo el prisma para evaluar la razón que nos lleva a escribir; está perdiendo la perspectiva de dar respuesta a una necesidad que nace del escritor para entender la razón por la que escribimos; es la necesidad de contar algo nuestro, algo particular, con nuestras propias palabras, utilizando una voz y un punto de vista con el que estamos conectados y deseamos compartir.
No todos conectamos de la misma manera con los mensajes ni con el medio o la forma en la que están escritos, esto hace que un mismo texto o idea sea reproducido de forma diferente por distintos escritores y que estos lleguen y sean interpretados de forma diferente por los lectores. Los humanos vivimos a través de nuestras experiencias y de cómo generamos nuestras propias narrativas internas; esto hace que, quizá, la forma de contar un hecho de un escritor nos conecte mejor con la historia que como lo hace otro, aunque ambas formas sean correctas y utilicen los recursos narrativos de forma eficiente.
Por lo tanto, en este aspecto, la idea de que todo esté ya escrito es falsa, porque cada persona que escribe lo hace desde un punto de vista único y personal; además, nunca es recomendable comenzar con una actitud negativa frente a la idea sobre la que vamos a escribir, por muy terrible que parezca de primeras. Cuando afrontamos la escritura de un texto lo hacemos porque necesitamos comunicar algo en particular y, aunque la idea ya haya sido trabajada por otros, la forma en la que lo hacemos es nuestra y, como escritores, nunca es buena idea amordazarnos. Si eres escritor y, sobre todo, si estás comenzando a escribir, trata de desterrar el pensamiento de que ya todo está escrito porque la importancia, donde está realmente, es en el punto de vista que tú vas a aportarle a tu historia.
Para poder mejorar nuestra técnica está bien comenzar a trabajar desde puntos de vista en los que no estemos cómodos escribiendo, no solo porque mejoraremos en unas técnicas narrativas concretas que no dominamos, sino porque estas y el aprendizaje de aquello que nos hace sentir incómodos (salir de la zona de confort) hará que los entornos en los que seamos buenos también mejoren porque imprimiremos lo que hemos aprendido de esos riesgos tomados de forma que enriquezcamos nuestros posteriores productos.
Como todo es cuestión de práctica y habitualmente decidimos quedarnos en nuestra zona segura, y entendiendo que parte de la responsabilidad del taller es empujarnos a salir de ahí, se proponen los siguientes ejercicios:
Taller: en un sueño…
Antecedentes: ayer ocurrió un hecho insólito que me llenó de emoción: recordé lo que había soñado; como sabéis, yo nunca recuerdo lo que sueño y este fue muy extraño: aquel edificio era tan difícil de creer y tan real… tanto que me daría para crear un cuento largo. Pero bueno, vayamos al grano:
Ejercicio 1. Describe un lugar a través de las acciones de un personaje.
Ejercicio 2. Cuenta una historia que tenga su base en un sueño.
Fuentes: tras dos años es difícil recopilar las fuentes de estos materiales porque no las apunté en su momento —no tenía intención de publicarlos y no lo creí necesario, suspenso para mí—; he recurrido a aplicaciones antiplagio con la esperanza de que me sacara alguna cita, pero no he obtenido resultado. Así que la nota de fuentes consultadas queda así: En la creación de estos materiales se han consultado varias fuentes y libros de teoría literaria y narrativa.
Contenido originalmente creado en 2020 para el taller Escríbeme, Cerveza. Publicado en Medium el 20 de marzo de 2022 (https://medium.com/@erebyel/taller-de-escritura-creativa-01-introducci%C3%B3n-los-elementos-del-oficio-a76aef6d59d7)